¡Por fin! Después de 4 meses de largos debates, en la
noche de ayer, 19 de junio, se conoció la decisión conjunta de la Alcaldía
y el Concejo de Bogotá con respecto a los cobros de valorización. A excepción
de solo uno de los once artículos que fueron aprobados en primer debate, la
plenaria ratificó las decisiones
tomadas el pasado 11 de junio en la comisión de hacienda y crédito público.
Ese polémico artículo que no fue
aceptado por las mayorías, buscaba que el Instituto Distrital para la
Recreación y el Deporte –IDRD- financiara la construcción de 11 parques con su
presupuesto ordinario y no bajo el esquema de valorización. Con la decisión de
eliminar ese ‘articulito’ aparece tal
vez la crítica más importante: la construcción de nuevos parques en Bogotá no
llegará ni siquiera a mediano plazo; la famosa cancha del Country en Usaquén,
un parque en Villa Mayor de Antonio Narño, en la Tingua Tibanica de Bosa,
Morato o Villa Luz, por citar solo algunos ejemplos, son obras que no veremos
en los próximos años. Como lo dijimos en nuestra entrada anterior, lograr la
reducción en el cobro de 850.000 a 380.000 millones pasa por recortar
drásticamente el listado de obras a construir, de manera que en este caso a los
parques y andenes les tocó bailar con la más fea.
Pero al margen de este tema
puntual, es apenas justo compartir la alegría de la ciudadanía de Bosa, Engativá,
Kennedy, y San Cristóbal que resultó beneficiaria de las nuevas disposiciones y
no tendrán que pagar valorización. Obras proyectadas en sus localidades
llegarán, esta vez no financiadas por valorización, sino a través del
endeudamiento de la ciudad, si el proyecto de acuerdo que así lo permite también es ratificado por la
mayoría del cabildo distrital.
La pregunta apenas obvia que nos
hacemos los bogotanos es: ¿y ahora qué sigue con la valorización? Lo primero
para responder es que el Instituto de Desarrollo Urbano –IDU- deberá recalcular
el valor que deberán pagar 500.000 predios en las localidades de Usaquén,
Chapinero, Barrios Unidos, Teusaquillo, Suba, y algunos de Engativá y Fontibón
por el nuevo listado de obras aprobadas. El IDU tendrá de aquí a diciembre de
este año para hacer esa tarea, y hacer un cruce de cuentas identificando de los
predios que pagaron entre febrero y marzo de 2013, cuáles deben pagar menos o
no pagar, y en ese caso iniciar las devoluciones respectivas. Si el caso es
contrario, es decir, un predio que antes no pagaba o pagaba un monto que ahora
se verá incrementado, llegará una nueva factura seguramente en el mes de enero
de 2014 para recaudar los dineros correspondientes.
Paralelo a esto, el equipo
técnico del distrito deberá trabajar en las factibilidades, y diseños de
detalle de las obras faltantes
–recordemos que las incluidas en el grupo 2 del recién modificado Acuerdo 180
tenían diseños completos y en algunos casos adquisición de predios- para que
tan pronto se dispongan de los recursos necesarios se puedan abrir los procesos
licitatorios que concretarán la construcción de estas obras.
Ojalá más temprano que tarde empecemos
a ver avances en la construcción de obra pública, que los proyectos que hoy se
estructuran mejoren significativamente la calidad de vida de millones de
bogotanos, que los responsables de sacar adelante estos proyectos asuman su
papel como verdaderos servidores públicos, y así de paso se sanen las heridas
que dejó a los bogotanos la corrupción del gobierno anterior que usó “la
construcción de obra pública” como su más preciado botín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario