Nuestra tarea -del alcalde Petro y del Concejo- es
corregir los errores que encontramos, no agrandarlos, ni mantenerlos.
Esta semana -4
al 10 de marzo- es decisiva para la valorización
en Bogotá. Gracias a este imperfecto instrumento se ha logrado construir gran
parte de la infraestructura que hoy disfrutamos. Digo imperfecto porque, a
pesar de tener más ventajas que defectos, los defectos importan. Impacta el
bolsillo de todos los ciudadanos, principalmente el de los sectores de menos ingresos. Y lo que es más
grave, como se paga por distancia –cercanía relativa a las obras por financiar-
se inhibe el desarrollo de obras en los sectores sin capacidad de pago.
Ahora, es un círculo vicioso: en nuestra desigual ciudad, los pobres viven en zonas sin infraestructura y construirla es difícil porque faltan recursos. Los ciudadanos de Bosa, Engativá y algunos barrios de Suba esperan soluciones prontas y eficientes a los cobros excesivos o inequitativos diseñados en el año 2005 en conjunto por el gobierno y el Concejo de la época, y ampliamente publicitados por los medios de comunicación y varios políticos en campaña. Hasta hoy, 430 mil contribuyentes han pagado casi 132 mil millones que representan casi el 15% del total del recaudo, y se han recibido unas 28 mil quejas, menos del 2% del total de los contribuyentes.
Insistiré en la propuesta que hice en este mismo blog hace algunos días, y que resumo así:
● Fortalezcamos la capacidad institucional del IDU para que se atiendan a tiempo, eficazmente, y sobre todo satisfactoriamente las reclamaciones de aquellos quienes están perjudicados.
● Reformemos el estatuto general de la valorización por ser una norma desactualizada que promueve la inequidad en la distribución de las inversiones para infraestructura, y permite confusiones técnicas y normativas profundas
● Retiremos del cobro que actualmente hace el IDU por obras que no han sido estudiadas ni siquiera en etapa de factibilidad, no permitamos que se cobre para hacer estudios, diseños, y se compren predios de unas obras ‘pensadas’ en el 2005 pero que nadie sabe de dónde va a salir la plata para su construcción. Esto así, ya, en términos concretos pasa por hacer una reducción efectiva del 48% de los pagos que la ciudadanía debería hacer.
Ahora, es un círculo vicioso: en nuestra desigual ciudad, los pobres viven en zonas sin infraestructura y construirla es difícil porque faltan recursos. Los ciudadanos de Bosa, Engativá y algunos barrios de Suba esperan soluciones prontas y eficientes a los cobros excesivos o inequitativos diseñados en el año 2005 en conjunto por el gobierno y el Concejo de la época, y ampliamente publicitados por los medios de comunicación y varios políticos en campaña. Hasta hoy, 430 mil contribuyentes han pagado casi 132 mil millones que representan casi el 15% del total del recaudo, y se han recibido unas 28 mil quejas, menos del 2% del total de los contribuyentes.
Las principales
quejas muestran inconvenientes técnicos por la fórmula matemática que asigna el
cobro, o económicos con respecto a la capacidad – o incapacidad, mejor- de pago de muchas personas de todos los
estratos sociales. Y
eso que aún no hay conciencia colectiva ni mediática por lo que se viene: la
acumulación con otros pagos que por valorización deben facturarse en septiembre
por POZ norte y el próximo año por el mismo acuerdo del 2005. Este incendio es
el que tenemos que apagar y corregir de fondo para que no se repita
cíclicamente el rechazo y malestar social que produjo el cobro iniciado en
enero de este año.
Son tres tareas
urgentes que debemos resolver: 1) revisar y modificar esas reglas generales
establecidas en el estatuto general de valorización –acuerdo 7 de 1987–; 2)
retirar cobros por 420 mil millones para el POZ Norte; 3) excluir otras obras de las que aún no se
tiene factibilidad técnica o financiera –Grupo 3, Fases II y III– y que
costarían cerca de 1.4 billones.
Ante el reto
pendiente, sorprende el proyecto que presentó hace algunos días al Concejo el
gobierno de Petro porque no se limitó a abordar esta problemática. Muchos dirán
que es una jugada audaz porque a partir de la coyuntura no se limita a ‘apagar el incendio’ de hoy, sino que
busca financiación para proyectos de ciudad que para esta administración
resultan prioritarios y se aventuró a hacer las siguientes propuestas:
●
Modificar el plan de obras
original para incluir la construcción de siete cruces a desnivel (subterráneos,
o mencionados estos días como “deprimidos”) en la Avenida Caracas a través de valorización por beneficio local.
●
Destinar la valorización para
financiar el mantenimiento de vías
en Usaquén, Chapinero y Puente Aranda, y
●
Amarrar la construcción de los proyectos ya diseñados y con predios adquiridos
–que además son por los que hoy principalmente se le está cobrando a la ciudadanía–,
ya no a la valorización, sino a un crédito que desde el año pasado pide el
gobierno de Bogotá, pero que el concejo en su contra ha rechazado.
●
Dejar los mismos 2 billones en recaudo
pero ya no diferidos para el 2014 y 2016, sino redistribuidos entre las
localidades con mayor capacidad de pago, principalmente recargando a Chapinero,
y hacerlos efectivos durante el segundo semestre de 2013.
¿Cuáles son los problemas?
1. La valorización se gestiona a través de
dos formas; por beneficio local cuando los proyectos a construir no benefician
a toda la ciudad sino a localidades específicas, y por beneficio general cuando
el impacto de las obras es tal, que se beneficia a toda la ciudad en su
conjunto, y justo este tema es el que hoy aviva el debate entre concejo y la
administración.
Es necio decir
que la Caracas no es un corredor estratégico para la movilidad de la ciudad. Es
más, es la columna vertebral de la movilidad, por ella se mueven al menos 1
millón de personas en transporte público sin contar los viajes que se hacen en
transporte privado individual, taxis y de carga. No en vano la historia del
desarrollo vial en Bogotá ha basado en la Caracas sus más importantes avances.
El magnífico proyecto de Karl Brunner en 1933, incluso el desafortunado intento
de Andrés Pastrana en 1989, y la aparición de TransMilenio durante la alcaldía
de Peñalosa buscaron lo obvio; atender de forma organizada y eficiente la mayor
demanda de transporte público a nivel metropolitano.
La propuesta del
alcalde es incluir la construcción de pasos deprimidos a través de la figura de
valorización por beneficio local, queriendo decir que las localidades vecinas
al corredor: Chapinero, Santafé, Teusaquillo, Barrios Unidos, Mártires, Antonio
Nariño y Rafael Uribe Uribe las pagarían, excluyendo predios de alta
productividad económica, asociados principalmente a la industria y a la construcción.
En la superficie se generarían atractivos y necesarios espacios públicos,
especialmente peatonales y para bicicletas –hay que decirlo claramente, estas
magníficas obras no serían financiadas a través de valorización, la alcaldía
aún estudia de donde saldrán los recursos para ello–, pero no olvidemos que
estos sectores son de concentración metropolitana y no de beneficio barrial. Preliminarmente
la obra asciende a 1 billón de pesos y beneficia todo el sistema de transporte,
por eso es de beneficio general y es esa la forma en que debe ser financiada.
Podría acudirse a fuentes alternativas como el escaso presupuesto distrital, o
incluso con crédito.
2. ¿El mantenimiento
vial valoriza o no un predio? Sabemos que el mantenimiento de vías nunca podrá
ser financiado exclusivamente con recursos ordinarios, al ritmo de inversión
posible hoy en día, congelando el deterioro vial tardaríamos 100 años, un siglo
en arreglarla pero ¿es la valorización el instrumento indicado para esto? ¡Ahí
está el debate, y no es superficial! Nada prohíbe usar este instrumento, pero
¿qué piensa la comunidad sobre este tema? Extraña que en una administración que
ha priorizado recursos para infraestructura peatonal, no se incluyan los andenes del listado de vías propuestas, y se
insista en mayor inversión para carriles de carros.
3. Gran apuesta
hace la alcaldía en el sentido de querer cambiar la financiación ya asegurada
por valorización para la construcción de 47 proyectos; 13 vías, 4
intersecciones, 9 puentes peatonales, 10 andenes y 11 parques, a un nuevo
esquema de financiación que pasa por que el Concejo de Bogotá autorice al
alcalde a endeudar a la ciudad por una cifra cercana a los 4.3 billones de
pesos.
De ahí ‘sólo’ se necesitan 400 mil millones
para estos 47 proyectos, pero con esta movida Petro asegura la financiación de
otros proyectos para la movilidad como los cables, la participación pública del
metro ligero, o la construcción de un proyecto muy interesante llamado Redes
Ambientales Peatonales Seguras –RAPS–
que busca construir 10 entramados peatonales en las zonas que hoy tienen
demandas apremiantes de andenes, ciclorrutas y paseos peatonales entre otros.
El reto aquí es que el Concejo y Alcalde acordemos el monto del endeudamiento y
la priorización de los proyectos, tarea que todos sabemos complicada por el
clima político y de oposición mayoritaria. Y que en cualquier caso, desborda el
proyecto de valorización y no puede despacharse en los cinco días que la coyuntura
permite para este proyecto.
4. La fórmula
con la que hoy se cobra contempla 5 variables: distancia en línea recta desde
el predio contribuyente a la obra que se va a construir, estrato
socio-económico, área del predio contribuyente, uso del suelo, los pisos
construidos en el inmueble, y el valor del suelo. En parte la aplicación de
esta compleja fórmula es la que ha originado las reclamaciones que hoy se
hacen, y en respuesta la administración propone simplificarla a solo dos
variables; distancia a la obra y valor del predio.
Lo complejo es
que en ese válido y necesario afán de facilitarles la vida a los
contribuyentes: de una parte, algunos propietarios podrían pasar de
agache y dejar de contribuir; de otra, predios realmente cercanos a las obras
pero con dificultades de accesibilidad a ellas por infraestructuras urbanas o
accidentes geográficos pagarían más de lo que pareciera justo.
Me explico:
Lotes de
engorde, grandes extensiones de suelo repartidas en las localidades de borde
pagarían muy poco por valorización al estar asociados a la nueva fórmula
propuesta, debido a que por ahora su avalúo no es muy alto, sin embargo, este
tipo de predios son los que más se valorizan a propósito de las intervenciones
que otros están pagando. Se les sirve en bandeja la posibilidad de pagar muy
poco o simplemente no pagar. Estos casos no son muchos.
Y esa misma
simplificación podría impactar las finanzas de predios de más 80 millones en
barrios como San Luis, Pardo Rubio o Juan XXIII en Chapinero que deberán cofinanciar
el mantenimiento vial de varias calles cercanas, pero algunas de difícil
accesibilidad por tener la circunvalar atravesada.
Otros
propietarios que podrían brincar de la dicha con el cambio de esquema serán los
de las industrias. Al cambiar el listado de obras, y por ende las zonas de
influencia, se excluyen zonas altamente productivas relacionadas con la
minería, el comercio y el tabaco por citar solo algunos ejemplos. Esperamos que
los técnicos encargados del asunto resuelvan las inequidades de fondo.
5. Por último, y
de lejos lo más sensible para gran parte de los ciudadanos es el cobro. Con el
acuerdo 180 se cobraban 2 billones, cifra casi idéntica a lo que se cobraría de
ser aceptada por el Concejo la propuesta de Petro. La diferencia es que ya no
son los mismos contribuyentes. Se excluyen acertadamente los predios con un
avalúo inferior a 80 millones de pesos, y como el listado de proyectos cambia,
ya no se cobraría a 1 millón quinientos mil predios de todos los estratos
socio-económicos sino a aproximadamente 1 millón de dueños de predios. Quiero
saber si ¿la capacidad de pago de esas comunidades que hoy la administración ve
como sus principales aportantes realmente da para tanto? De no ser así lo único
que hacemos es agravar el problema. No olvidemos que en estratos 4, 5 y 6
existe pobreza oculta y muchas veces problemas de liquidez.
Me gustaría conocer su opinión para enriquecer el debate. Se quedan
por fuera temas importantes, quiero con su ayuda proponer para construir.
Anímese a comentar o criticar. Se los agradezco.
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Esta entrada fue escrita con el apoyo de Felipe Morales
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Esta entrada fue escrita con el apoyo de Felipe Morales
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