miércoles, 20 de febrero de 2013

¿Qué hacemos con la Valorización?

Miles de ciudadanos están preocupados y molestos por el cobro de valorización que debemos hacer este semestre en Bogotá, vemos noticias de bloqueos y furia ciudadana. Los válidos reclamos ciudadanos deben ser atendidos sin excusa y resueltos de fondo por el gobierno de Bogotá. Responsables de casi el 1% del total de la facturación, unas 15 mil personas del millón y medio de contribuyentes han presentado algún tipo de reclamo. Algunos “líderes” políticos, en año pre-electoral de campaña al Congreso están animando las protestas, incluso en comunidades no perjudicadas. El 99% de los ciudadanos no tenemos problemas con la facturación y debemos pagar cumplidamente el cobro de valorización. 

Fotografía tomada de http://bit.ly/WSwXwx
 El escenario de no pago es el que una ciudad como Bogotá no puede permitir que prospere, la única forma de construir ciudad es siendo solidarios, tributando y contribuyendo con lo justo, los que tienen más pagan más, los que tienen menos pagan menos, y para los que no tienen nada la ciudad debe conseguir los recursos. Por estos días, la ciudad debate la aplicación de un Acuerdo aprobado por el Concejo en el año 2005 –Contribución por valorización–. La contribución, a diferencia de un impuesto, es de aplicación ocasional y debe lograr un beneficio directo para el contribuyente, concretarse en una obra pública para la cual aporta el ciudadano. Por la coyuntura política nos hemos concentrado en la discusión de soluciones a corto plazo que no resuelven los problemas de fondo de la valorización. 



Tomada de http://bit.ly/13iRQSh
La valorización no es un invento nuevo, desde hace décadas la ciudad usa este instrumento para edificar gran parte de su infraestructura. Gracias a esta figura, se han podido construir proyectos emblemáticos para la ciudad como el Eje Ambiental, toda la Avenida Ciudad de Cali, la Calle 134 o el tramo norte de la Avenida Boyacá, además de otras obras pequeñas como andenes, parques barriales y puentes peatonales. 

El Acuerdo 180, que actualmente se cobra, tuvo origen en la segunda alcaldía de Antanas Mockus (2001-2003) y se aprobó luego de varias transformaciones de contenido durante la administración de Luis Eduardo Garzón (2004-2007). En síntesis, lo que busca esta norma es financiar la construcción de 137 obras para la movilidad y el espacio público distribuidas por toda la ciudad. 

Dada la gran magnitud de los aportes -2.1 billones de pesos de 2005- era imposible cobrar las 137 obras en un mismo año, por eso el concejo dividió los cobros en un periodo de diez años –cuatro fases de cobros y grupos de obras –: el primer pago, lo hicieron los ciudadanos en el año 2007, con él se construyeron 33 obras y se debe decir claramente que al menos 3 de ellas fueron un absoluto desastre: la intersección de la Calle 94 con 9ª la embolató una empresa llamada Mauro’s Food,relacionada con el señor Julio Gómez vinculado al carrusel de la contratación; la Avenida Santa Lucía –Transversal 42– en Villa Mayor fue presa del grupo Nule; finalmente, la reconstrucción de Puente Aranda se calculó en $25 mil millones y cuando se hicieron los estudios descubrieron que en realidad eran $275 mil millones. 

Desde enero de 2013, la alcaldía está recaudando la construcción de un nuevo grupo de obras –Fase II– que apenas está por iniciar: 47 obras entre vías, andenes, puentes peatonales y parques que cuestan alrededor de 850 mil millones de pesos. Ese monto, debe distribuirse entre 1.700.000 predios localizados por toda Bogotá teniendo en cuenta el estrato socio-económico, la distancia a la obra que lo beneficia, la actividad económica que desarrolla el predio (residencial, comercial, industrial), el número de pisos, la capacidad de pago del contribuyente, y otra serie de variables que complejizan la cifra asignada a cada predio en el IDU, y ahí es donde comienzan muchos de los problemas de los cuales trataré de simplificar solo algunos: 

  1. En 2005 las obras se aprobaron sin estudios y por ende con presupuestos mal hechos: y ahora, 8 años después, cuando esa mismas obras ya tienen diseños y presupuestos detallados resulta que los cálculos iniciales no dan y que hace falta la bicoca de $380.000 millones además de lo que se va a cobrar, sin esos $380.000 millones, volveremos a lo de siempre, construir pedacitos. 
  2. Las localidades con menores ingresos son las que menos obras tienen: esto debido a que las zonas más pudientes de la ciudad no pueden cofinanciar a los sectores menos favorecidos porque las reglas legales vigentes dicen que la contribución debe valorizar a los predios que la pagan. Bajo este esquema a un propietario de Usaquén o Chapinero no se le puede cobrar por una obra en Bosa o Kennedy. Bosa ha sido un caso especialmente sensible, a excepción de Villa del Río –estrato 3– toda la localidad es de estrato 2, sus habitantes deben pagar obras de gran magnitud como la Avenida Ciudad de Cali con un valor de $50.000 millones. El problema es que la ampliación de la Ciudad de Cali beneficia a sectores comerciales e industriales que esperan proyectar la vía hasta Soacha y aumentar sus ventas en la ciudad región. Para completar, en una manzana hay en promedio 20 o 30 casas, a diferencia de otras zonas boyantes donde en la misma manzana hay 200 o 300 apartamentos, entonces además de la limitante del aporte que pueda hacer un estrato socio-económico más bajo se le suma que son muchísimos menos los contribuyentes. 
  3. Hay un arrastre de déficit: este cobro no solo significa la construcción de un grupo de obras –el grupo 2-, sino que sirve para pagar los estudios, diseños y la compra de los predios de otro grupo de obras –el grupo 3- que debería construirse por allá en el año 2015, a través de otro cobro que debería hacerse el año entrante. Como estas obras que se harán en el 2015 aún no han sido diseñadas no sabemos cuánto costarán, pero cálculos preliminares indican que faltarán otros $400 mil millones (adicionales a los $380 mil millones que hoy son deficitarios). 
  4. Hay otro cobro pendiente para este mismo año: como si fuera poco y para agravar el lío, en el año 2010 el Concejo aprobó otro cobro por valorización del que nadie habla aún y busca financiar la construcción de 3 vías al norte de la ciudad: la Boyacá entre calles 170 y 200, la 200 entre Boyacá y Novena, y la Novena entre 170 y 200. Son $400.000 millones adicionales para recaudar, entonces si se suman los dos acuerdos serían $1.2 billones a recaudar, monto casi igual a lo que aspira a recibir el Distrito por concepto de impuesto predial. Esto así, con números grandes no dice nada pero por poner un ejemplo cualquiera, un propietario de San Antonio en Usaquén que debe pagar 700 mil pesos por el 180 en enero de 2013, también deberá pagar alrededor de un millón adicional en septiembre de este mismo año. ¿En serio hay tanta bonanza? 


 Mis propuestas son:  

  •  A los que nos cobraron bien, debemos dar ejemplo y demostrar que Bogotá tiene una arraigada cultura tributaria en la que todos pagamos para vivir mejor. 
  •  Suspender los términos de pago en los casos anómalos, donde los cobros seas excesivos y que tengan espacio para reclamos justos. La administración debe garantizar una atención eficiente, clara y oportuna para los reclamantes. 
  •  Excluir del presente cobro, la compra de predios de unas obras que aún no se sabe cuándo se harán –grupo 3–, significa una reducción efectiva e inmediata del 48% del total del recaudo. Si se decidiera por consenso esta alternativa, de los 850.000 millones que se deben cobrar la cifra quedaría en 442.000 millones, una rebaja automática de casi la mitad de las contribuciones que hoy se cobran. 
  •  La reforma del Acuerdo 7 de 1987, que es el estatuto marco que fija las reglas generales con las que se pueden aplicar los cobros por valorización. El Acuerdo 7 es una norma arcaica que no incluye principios constitucionales y legales de equidad porque simplemente fue expedido antes de la Constitución de 1991 y el Estatuto Orgánico de Bogotá.

5 comentarios:

  1. Muy interesante recuento del tema de recaudos por valorizacion. A mi parecer, si bien es cierto la construccion de vias genera valorizacion, este tipo de construcciones tienen un componente de movilidad sumamente importante. A ese punto me quiero referir; los vehiculos motorizados no deberian financiar la construccion de las vias? No es ese uno de fines de la contruccion de infraestructura? Es una idea ya de siglo pasado pero que aun se asume como actual.

    Por otro lado las nuevas vias y espacios publicos deberian estar financiados por los proyectos urbanisticos nacientes, por ejemplo la felicidad, un proyecto que trata eficientemente de densificar una zona de la ciudad que mas bien parecia un lote de engorde, sinembargo, el impacto de la construccion y ocupacion de esa zona es mas alto de el que se analiza aparentemente. La av boyaca se verá afectada en su movilidad a tal punto que quienes finalmente notaran los efectos son los habitantes del sur de la ciudad que laboran en el norte y que en horas de la tarde incrementaran notoriamente sua horas de viaje. Valorizacion? Vivir al sur sera cada vez mas tedioso, ya las vias no aguantan mas. La felicidad, villa alsacia, castilla, grandes urbanizaciones inmersas hoy en una burbuja inmoviliaria colapsan las vias y ¿sus aportes son acordes?

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  2. Concejala Angelica Lozano: La felicito por su blog. Sus propuestas son convenientes y un muy buen aporte a la discusión.Me permito sugerir una propuesta para aplicar al caso que Ud. menciona de "absoluto desastre:la intersección de la Calle 94 con 9ª, embolatada por la empresa llamada Mauro’s Food,relacionada con el señor Julio Gómez vinculado al carrusel de la contratación.Esto es el caso, de un Cobro Fase II, donde no se ha iniciado visiblemente fase 1.Conozco muy bien el caso;pertenezco al Comité de Participación de este proyecto, por lo tanto he seguido paso a paso, el fracaso.

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  3. Su propuesta "La reforma del Acuerdo 7 de 1987, que es el estatuto marco que fija las reglas generales con las que se pueden aplicar los cobros por valorización. El Acuerdo 7 es una norma arcaica que no incluye principios constitucionales y legales de equidad porque simplemente fue expedido antes de la Constitución de 1991 y el Estatuto Orgánico de Bogotá. GRAVE QUE LA DIRECCION DEL IDU/ALCALDIA DE BOGOTA, HAGA COBROS CON ESE ADEFESIO!!! DEL ESTATUTO MARCO.

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  4. Yo tengo una propuesta que me parece que se ajusta más a la realidad que ha vivido Bogotá desde el momento en que se perdió mucha de la plata pagada en el 2007 para la fase 1 de valorización en el 2007: pongan en cintura a los responsables de obras que fueron recibidas a pesar de su mediocridad en la ejecución, como por ejemplo los andenes de la Av 19 entre calles 134 y 161, tramos que causaron la desvalorización de los predios afectados, entre otras obras. Este es el momento en que ni los contratistas, Interventores o el mismo IDU responden por los daños causado a los predios afectados. Terminen la construcción de las obras de fase 1, pues los contribuyentes pagamos de buena fé por obras que hoy nos están negando con la excusa de que su construcción cuesta mucho más de lo cobrado originalmente por valorización, revaluen el cronograma de cobros por valorización de las obras restantes contempladas en las fases 2, 3 y 4 del acuerdo 180 y del POZ Norte, y ajusten esos cobros de valorización en forma que refleje la capacidad de pago de los Bogotanos, pues el cálculo que se hizo para el cobro de valorización de Fase 2 es un mal chiste que a todas luces parece haber sido hecho a la carrera. Idealmente, se debería cobrar la valorización tras estimar el beneficio recibido una vez se hayan culminado las obras, en vez de cobrar anticipadamente con el riesgo adicional que se cometan actos ilícitos con el dinero recaudado, tal como sucedió con el dinero correspondiente a la Fase 1. En las actuales circunstancias, muy a pesar de su fervorosa petición a acogernos a la "arraigada cultura tributaria", prefiero no arriesgarme a dejar mi plata con la administración distrital en su conjunto, porque luego de la forma escandalosa en que han manejado los recursos que los contribuyentes pusimos en sus manos desde que pagamos la valorización de fase 1 del Acuerdo 180/05, considero que esa plata está en el sitio equivocado.

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  5. Como usted misma dice y cito: "pagamos para vivir mejor" y la verdad es que los que pagamos hace 5 años, no hemos visto mejoras. la ciudad está más llena de huecos, más insegura, ni hablemos de la salud pública y la plata que hemos pagado en valorización, contribuciones, rodamiento, impuestos, etc. no se está viendo en esos aspectos. Si uno viera que de verdad la calidad de vida en Bogotá mejora, pues no dolería tanto, pero con esos contra argumentos, sumado a la corrupción que definitivamente sigue existiendo en el gobierno distrital, no aguanta tirar tanta plata en un saco roto.

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