martes, 9 de julio de 2013

A propósito del caso Leszli Kalli

En diciembre de 2012 leí los mensajes en twitter de una mujer que narraba el acoso sexual, el agresivo asedio telefónico que vivió por esos días y el engorroso y absurdo proceso para denunciar lo sucedido ante las autoridades. Explicó que el agresor sería un compañero de trabajo en la alcaldía de Bogotá, lo que incrementó mi preocupación e indignación por el caso.

Por el mismo medio (twitter) le pedí a la víctima un número telefónico para contactarla. Tras una detallada conversación con Leszli acordamos que yo indagaría oficialmente por detalles del vinculo contractual del sospechoso y si estaba activo en los días de los hechos, asunto relevante para el proceso de investigación y sanción.

En la parte inferior puede leer el derecho de petición que radiqué el 12 de diciembre ante la secretaría general de la alcaldía y las respuestas que recibí el 26 y 27 de diciembre el año pasado.

Como le manifesté a Lezsli en su momento, acompaño el proceso que sigue a su necesaria y ejemplar denuncia. Han transcurrido 6 meses de investigación disciplinaria, tiempo suficiente para que dadas las pruebas como la confesión que hizo el sujeto ante el Gaula,concluya con una decisión severa que atienda ante todo, a la dignidad e integridad de la mujer agredida.











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